Etología: El estudio del comportamiento animal
La etología (del griego éthos, “costumbre”) es una rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales, tanto en libertad como en condiciones controladas de laboratorio. Sin embargo, es más conocida por sus investigaciones en el entorno natural. Su objetivo principal es comprender las características conductuales propias de cada especie y cómo estas han evolucionado para garantizar su supervivencia.
Los estudios etológicos se centran en:
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La conducta individual y grupal
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Los instintos básicos
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La identificación de patrones de comportamiento innatos y aprendidos
A continuación, se describen algunas de las principales categorías de conducta animal que analiza la etología:
1. Conducta Reactiva (Instinto de supervivencia)
Los animales interactúan con su entorno a través de los sentidos. Las reacciones frente a estímulos del medio —como el miedo, la soledad o el dolor— constituyen mecanismos clave para la supervivencia, ya sea mediante la huida o la defensa.
Una conducta reactiva exagerada puede indicar estrés, mientras que su disminución puede ser un signo de enfermedad.
A continuación te dejo un video respecto de "reactividad canina."
2. Conducta Grupal
La mayoría de los animales son sociales y forman estructuras jerárquicas dentro de los grupos. Estas jerarquías pueden establecerse de distintas formas:
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Por fuerza física: El individuo más fuerte y dominante lidera el grupo. En ocasiones, también se forman subgrupos liderados por hembras dominantes.
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Por edad o experiencia: El animal con mayor conocimiento del entorno puede asumir el liderazgo debido a su capacidad para guiar al grupo eficazmente.
Cuando se introduce un nuevo integrante en un grupo ya establecido, pueden surgir conflictos hasta que se reordenen las jerarquías. En ambientes con hacinamiento, las agresiones pueden deberse a invasiones del “territorio personal”.
A pesar de estas jerarquías, también pueden formarse lazos de cooperación, como el aseo mutuo o las respuestas defensivas en grupo.
3. Conducta Territorial
Esta conducta permite a los animales delimitar un espacio propio donde comer, descansar, reproducirse o refugiarse. Conocer su territorio les brinda seguridad y les permite reaccionar con mayor eficacia ante situaciones nuevas.
El tamaño y características del territorio dependen de:
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La especie
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El tipo de crianza
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El entorno conocido
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La madurez sexual
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El periodo reproductivo
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El temperamento individual
4. Conducta Alimentaria
La forma de alimentarse varía según la especie, el número de individuos, la disponibilidad de alimento y la organización del grupo.
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Carnívoros: Su conducta durante la alimentación puede ser agresiva, especialmente en épocas de escasez o cuando se refuerzan jerarquías.
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Herbívoros: Generalmente comen en grupo, como una estrategia de defensa.
Los tutores de varios perros deben vigilar los momentos de alimentación para evitar disputas. Aunque parezcan satisfechos, algunos perros pueden intentar apropiarse del alimento de otros más débiles o enfermos.
5. Conducta de Sueño y Descanso
El descanso es esencial para conservar energía y recuperar el organismo. Un animal que se siente seguro presenta ciclos regulares de sueño.
Existen dos tipos principales de sueño:
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Sueño de ondas lentas (cerebral): Superficial. El animal puede mantener la cabeza sobre las patas, y su cuerpo permanece parcialmente activo.
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Sueño paradójico (corporal o REM): Profundo. El cuerpo está completamente relajado, hay movimientos oculares rápidos y una actividad cerebral similar a la vigilia.
La falta de sueño REM puede generar trastornos de conducta y afectar la capacidad de respuesta del animal ante estímulos ambientales.
6. Conducta de Aseo
El aseo es fundamental desde el nacimiento:
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En carnívoros, la madre limpia a sus crías desde el primer momento, estimulándolas a respirar, alimentarse y evacuar. Esta conducta dura aproximadamente tres semanas.
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En herbívoros y omnívoros, el comportamiento varía:
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Aquellos que nacen en madrigueras son aseados por la madre hasta que pueden salir por sí mismos.
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Algunos permanecen escondidos mientras la madre los limpia periódicamente para evitar dejar rastros que atraigan depredadores.
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En especies grandes, las crías se incorporan rápidamente al grupo; la madre las limpia para estimularlas a caminar y amamantarse.
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En la etapa adulta, cada especie adopta distintas formas de aseo: lamerse, rascarse, frotarse o rodar. También eligen sitios específicos para comer, descansar y evacuar.
El aseo mutuo entre individuos sirve para limpiar zonas de difícil acceso y fortalecer los lazos sociales. La disminución o ausencia de esta conducta puede ser signo de enfermedad.
